Sábado 5 de Abril del 2014
No somos muchos para esta 27ema ruta que hacemos en cuatris y RZR. Pensaba que íbamos a salir justo a la hora y poder así incriminar el retraso que siempre tenemos a los que no nos acompañan esta vez, pero no son culpables porque solamente somos 8 y encontramos la forma de salir 20mn atrasados. No es para nada dramático ni importante porque no vamos muy lejos y conocemos bien la ruta, es la segunda vez que la hacemos aunque Jipé y Sabás aportaron una poquita divergencia para no entrar en la monotonía.
Dejamos el pueblo son las 8h20. Nos acompañan los mejores deseos de Toña que no viene con nosotros, es la primera vez que no viene a una ruta y no es la única. Jorge y Pepin no están tampoco, todos tienen compromisos familiares. Estas ausencias nos afecta un poquito, nos preguntamos cuento tiempo vamos a seguir con este club, a cada salida somos menos numerosos. Esperamos que sea solamente pasajero y que rápidamente se vuelva a formar el grupo inicial.
Como siempre, la primera parada se hace en San Juan del Río, hay que llenar los tanques de gasolina, los de las camionetas y los de los cuatris y RZR. Después empieza realmente la ruta. Casi no hay tráfico lo que hace que llegamos temprano en el estacionamiento donde vamos a dejar las camionetas y los remolques hasta mañana. Llegamos entonces a la gasolinera de Peña Blanca que es donde vamos a estacionar las camionetas, son las 10h30. Muy buena hora, así que tenemos tiempo de prepararnos con calma. Nos acordamos de la primera salida que hicimos, el club DACOT todavía no existía, no teníamos nada de equipo, ni casco, ni chamarra, ni botas, ni googles, teníamos más la apariencia de unos turistas que de motoristas. Los tiempos cambian y ahora tomamos todo esto más en serio, cuestión de seguridad también.
A las 11h dejamos el estacionamiento que se encuentra a unos 1285 m.s.n.m. et para nosotros, ya empieza la aventura de Pinal de Amoles. Conocemos el rió Extorz que vamos a cruzar varias veces y esperamos que no llovió recientemente para que no impide la corriente de aprovechar plenamente de el. Es la primera vez que me subo a la cuatri desde el accidente que sufrimos en diciembre de 2010, pienso que he tenido mas angustias durante toda la semana antes de la salida que hoy. Al fin, me siento muy bien, en mi sillón, atrás de Jipé.
Sabás como siempre es nuestro guía, es el que lleva el grupo y lo seguimos ciegamente por decir aunque a veces Jipé también tiene la ruta en su GPS, pero a donde va el capitán, siguen los marineros.
Bajamos hacia el rió, el agua es clara, transparente, hay gente que están aquí para pasar el día, seguramente que viven cerca y nos saludan de la mano. Cruzamos el rió 8 veces cuando nos dimos cuenta que estamos equivocados. Hay muchas piedras grandotas que impiden al RZR de avanzar. Si ya con las cuatris es difícil y tenemos que batallar para mantener el equilibrio, hay muchos baches y las cuatris se inclinan peligrosamente. No es grave si nos volteamos, creo que lo único que nos puede pasar, es salir de aquí muy mojados no pienso que podemos hacernos daños. Lo bueno de todo esto es que hace mucho calor y el agua no esta para nada fría, al contrario, es muy agradable que nos mojamos.
Tenemos que dar la vuelta y regresar al punto donde bajamos hacia el rió. El RZR de Baldo se quedo atrapado encima de unas rocas y Sabás reconoce que tomo el río muy adelante teníamos que seguir el camino hacia la tienda donde siempre nos paramos a tomar refrescó. No hay problema, pero para sacar el RZR de su posición muy incomoda, los señores y Graciela tienen que meterse al agua hasta la rodilla. Como hace mucho calor, se van a secar rápido.
Como tuvimos que dar la vuelta, tenemos que cruzar otra vez 8 veces el rió. Apunto la cuenta, es una manía que tengo de contar todo.
Finalmente, llegamos a la tiendita. El lugar es muy simpático, hay une terraza de concreto con unas sillas de plástico, todo un poquito polvoroso, pero tampoco nosotros estamos muy limpios y eso que no hace mucho que empezamos esta aventura.
Regalamos unas bebidas a las personas que están aquí y ellos en contra parte, nos regalan unos cuentos de unas aventuras que vivieron algunos que vinieron en cuatri y pasaron por aquí. El rió no perdona, si hay corriente mejor abstenerse de cruzar o la misma corriente se lleva las cuatris que lo retan. Algunos recuperan sus cuatri un poquito en aval, otras desaparecen para siempre, normalmente las personas se salvan, hasta la fecha, siempre fue perdida material únicamente, por suerte, pero no faltara que un día, una imprudencia cuesta la vida a un participante.
El dueño de la tienda lleva a los señores hasta un estanque de agua que construyo y donde cría a unos peces de rió para después comérselos. A las 12h15, retomamos nuestro camino muy bien desalterados.
Esta vez vamos a cruzar el mismo rió 38 veces. Acabamos mojados hasta los huesos, pero no es para nada desagradable, hace tanto calor que el hecho de estar mojado es muy agradable. Es a quien moja el otro, somos como niños a quien la mamá dio la autorización de jugar con el agua. No necesitamos pistola de agua, nos mojamos con las cuatris, con el RZR, por eso, nos metemos al agua a toda velocidad y las gavillas que provocan las llantas hacen lo demás. Jipé se queda prudente, una vez perdió a un motor de esta forma y no quiero repetir la experiencia, pero aun así el también lo hace pero con más moderación y lo disfrutamos al igual que el resto del grupo.
Hago fotos y grabo, pero no me lleve mi cámara a prueba del agua y de repente, recibo una gavilla que me cubre de pie a cabeza. Enseguida seco como puedo mi cámara, pero no hay ningún problema, sigue funcionando solamente que ahora esta más limpia que hace un momento cuando estaba llena de polvo, ja, ja, ja. Bueno, de todo modo la voy a proteger un poquito más por el resto del día.
Polo y Vero se divierten como nunca y que decir de Sabás!!!! Se lo decía hace un rato, somos como niños. Baldo no se queda atrás, con su RZR intenta mojar los demás lo más que puede, pero el inconveniente es que es el primero que recibe las gavillas de agua que provocan sus llantas delanteras, todo les cae encima a el y a Graciela lo que hace que cuando nos paramos un poquito más adelante, elle puede exprimir su suéter y sale agua.
Los sándwiches son los bienvenidos, solamente falta una cerveza bien fría. Preguntamos a una pareja que pasea si no hay una tienda cerca que vende refrescos, pero nos dice que no, no hay nada por aquí así que tenemos que contentarnos de las botellas de agua que tenemos desde que dejamos el estacionamiento, ya no están frías, pero es mejor que nada.
Personalmente, aunque hay sándwiches más de lo que vamos a comer, me como uno y el segundo se lo doy pedazo por pedazo a un perrito que seguramente no come todos los días, pero me sorprende con que delicadeza agarra con sus dientes cada pedacito y como los mastican, no come como glotón.
Subimos otra vez en las maquinas, son las 13h35 y según Sabás, ya se acabo el rió, no lo vamos a cruzar más entonces, tampoco nos vamos a mojar. Pero que……lo vamos a cruzar 44 veces más y si alguien no me cree, que lo vuelva hacer en sentido contrario para verificar si es cierto o no. Graciela puede otra vez exprimir su suéter.
La cuatri de Sabás empieza a dar signos de falla. Se quedo un mes en el taller del mecánico, pero el no garantizo la reparación, no pudo cambiar todas las piezas que se necesitaba. Esperamos que por lo menos, llegue hasta el antiguo monasterio de Bucarreli que fue fondado en el siglo XVIII por el monje Juan Guadalupe y esta situado a 1080 m.s.n.m. ahí pensamos comer antes de seguir hasta Pinal de Amoles para pasar la noche. Son las 14h25 cuando estacionamos el RZR y las cuatris delante de la casa de la Sra Cenaïda que por lo regular nos prepara siempre una comida muy rica solamente que hoy, la tomamos de sorpresa y no tiene nada que ofrecernos que un guisado de chicharon con papas en salsa, tiene también unos frijoles y por supuesto, no falta las tortillas y la salsa que su esposo nos prepara al molcajete el tiempo que ella prepara el guisado. Sabás y yo vamos hasta la tienda que esta cerca de ahí para comprar unos refrescos y unas cervezas.
Dejamos Bucarreli son las 15h55. Sabás checo su cuatri y todo parece que esta bien, vamos a esperar llegar sin problema hasta Pinal de Amoles. Pero en pleno montaña, su cuatri dice que hasta ahí, no puede más. Las entradas forzadas en el agua, los resbalones controlados en tierra acabaron con el motor. Polo y Baldo se proponen para remolcarlo, pero finalmente es Polo que lo hace. Y seguimos pero a una velocidad más tranquila, no podemos correr a toda velocidad, hay que asegurarnos que vamos a llegar bien hasta el hotel donde vamos a pasar la noche.
No nos colocamos en el mismo orden de siempre, normalmente desde que salimos, en la cabeza va Sabás, después viene Fer seguido de Polo con Vero, después somos nosotros Jipé y yo Ana, y en cola viene Baldo con Graciela. Ahora cambiamos, Polo esta a la cabeza porque remolca a Sabás, nosotros vamos tras de ellos por cualquier problema que se presenta, sigue Fer y al ultimo Baldo y Graciela.
Arrancamos y de vez en cuando, checo a Fer para ver si esta bien detrás de nosotros, no hay problema, ahí esta. A un momento dado, Jipé se para y le dice a Fer de seguir su camino, y nos quedamos aquí a esperar a Baldo que no aparece en el espejo de la cuatri de Jipé. Esperamos un buen rato, pero justo en cuando estamos dando la vuelta para ver que esta pasando, vemos a Fer que se regresa el también, no vio a cual momento sus papás no estaban atrás de el, y se propone para ver que paso.
Esperamos otro buen rato pero como no vemos llegar ni Fer ni Baldo, damos a vuelta. Lo que pasa es que cuando todos arrancaron, el no pudo poner en marcha su RZR, no prendía el motor. Intento avisarnos pintando, pero su klaxon es muy débil y no lo escuchamos.
Jipé lo ayuda en buscar de donde viene la falla. Baldo piensa que todo viene de una cincha que saco cuando se quedo atrapado encima de las rocas la primera vez que bajamos al rió. No tomo tiempo de volver a enrollarla y ponerla atrás con su maleta, la puso rápido por debajo de su asiento y parece que se enrollo en la transmisión y corto un cable eléctrico. Baldo encuentra la solución, hay que hacer contacto con una pieza metálica pero va a tener cada vez que para el motor de quitar su asiento para tener acceso a esta parte del motor para arrancarlo, bueno el principal es poder seguir, no importa el medio.
Pasamos la montaña y la parte desértica antes de llegar a la carretera que nos va a llevar hasta Pinal de Amoles que se encuentra a 2340 m.s.n.m. Un poquito antes de llegar al pueblo, nos paramos. El motor de Polo se calienta por remolcar desde un buen tiempo a la cuatri de Sabás. Decidimos pedir hospedaje para la cuatri a una familia que tiene una casa con terreno a la orilla de la carretera. No haya problema, podemos dejarla hasta mañana. Los señores piensan tomar mañana un taxi desde Pinal de Amoles hacia Peña Blanca donde están estacionados los remolques con las camionetas y regresaran hasta el hotel para que juntos regresamos a casa. Se cancela la ruta de mañana.
Sabás se sube con Fer que lo deja manejar y llegamos sin más contratiempo en el hotel, son la 18h00. Tenemos como habitación las 14 y 15 para Polo, Vero y Sabás y las 3 y 6 para Baldo, Graciela, Fer y nosotros.
Volvemos a ver a la perrita Dálmata, Cary. Tomamos posesión de nuestras habitaciones y lo primero que hacemos todos, es bañarnos y no es para nada un lujo. Nos encontramos afuera del hotel, una hora después, el tiempo de dar una vuelta en las calles alrededor del hotel y el cansancio nos gana a todos así que preferimos regresar e instalarnos en el restaurante para cenar antes de irnos a dormir. El día fue muy movido e recorrimos una distancia de 60km, la cima más alta que logramos subir fue hasta 2620 m.s.n.m. y cruzamos al total 98 veces el rió.
Hay solamente un canal de televisión en cada habitación, y dependemos de lo que se ve por cable en el restaurante, pero no importa, estamos tan cansados, que todos soñamos con dormir. La cita para mañana es a las 9h, no hay que olvidar de cambiar el horario antes de acostarnos, hoy perdemos una hora sobre el horario actual. Hasta mañana.
Domingo 6 de abril del 2014
Normalmente hoy, simplificamos el programa. Vamos a desayunar, después los señores van a buscar a las camionetas y los remolques y regresamos a casa.
Aunque ayer a noche dijimos que nos íbamos a ver a las 9h en el restaurante del hotel para desayunar, nos despertamos Jipé y yo temprano, entonces ni son las 8h cuando el sale a ver si hay alguien afuera y yo, empiezo a arreglar las maletas para no perder tiempo y estar lista cuando los señores van a regresar de Peña Blanca.
Ayer anoche cuando fuimos a acostarnos, la perrita Cary estaba instalada sobre una banca de madera, en el lobby del hotel. Normalmente ella duerme en une recamara que se encuentra en la planta baja, pero la puerta estaba cerrada. No hubo problema, pasando delante de esta puerta, Jipé la abrió sin “querer” y rápido, Cary entro a acostarse en una de las camas. Ladro un poquito esta noche, pero pienso que era cada vez que alguien tocaba el timbre. Algunos inquilinos llegaron tarde para tomar posesión de las habitaciones, pero aun así todos dormimos muy bien.
Salgo del hotel y como no veo a nadie, llamo a Jipé a su celular. Me explica donde esta y lo alcanzo, está con el Baldo y Sabás. Preguntamos a una patrulla, donde podemos comprar pan dulce y nos dicen que todavía es muy temprano, que la panadería abre más tarde, pero que arriba de las escaleras que están al final de la calle, hay una tienda de abarrotes y ahí vamos a encontrar pan dulce y hasta café. Seguimos las explicaciones y vamos los 4 hasta la tienda. En la primera que entramos, tienen pan dulce pero no café, pero en la segunda si.
Los señores piden un café, pero como yo no puedo tomar café, Baldo pide por mí un té. El señor nos dice que no tienen té, solamente café pero su esposa llega enseguida con una taza de té de limón caliente y hasta azúcar tiene, creo que lo tenía preparado para ella pero como es muy bueno comerciante, me lo ofreció. Cada quien escoge el pan dulce que quiere comer. Jipé y Sabás salen a tomar el café afuera, pero Baldo y yo hacemos la plática con la pareja de la tienda. El tiene 79 años y ella 72. Son muy simpáticos y contestan a todas las preguntas que les hace Baldo sobre de cómo es la vida activa en Pinal de Amoles, cuentos habitantes hay. Y nos contestan que 2000 lo que nos parece muy poco por la superficie del pueblo o de la pequeña cuidad. Como es un lugar muy frió, la gente se va y tampoco hay muchas ofertas de trabajo.
A las 9h regresamos al hotel para juntarnos con los demás y desayunar. La mesera no es para nada rápida, ni para tomar la orden, ni para servir lo que hace que perdemos más de una hora. Son las 10h10mn cuando los señores salen del restaurante a pedir un taxi para Peña Blanca. Según el señor de la tienda de abarrotes, hay que contar 1h15 mn para llegar hasta allá e igual para regresar. Calculamos que van a estar de regreso como a las 13h. Aparte, tienen que pasar para recuperar la cuatri de Sabás, por suerte no hay que desviarse, esta en el mismo camino.
Graciela acompañada de Fer aprovecha para hacer unas compras, hoy es día de plaza. Vero y yo paseamos en las calles, una vez vamos hacia arriba, otra vez vamos por abajo. Graciela nos alcanza y entramos en la iglesia que esta justo arriba de las escaleras, a la salida del hotel. Hay una procesión que esta lista para salir y escuchamos un rato al grupo de músicos que le tocan a la virgen. Grabo y tomo fotos después seguimos con el paseo en las calles, pero todas nos regresan al mismo lugar que es la plaza. Podemos decir que la hicimos en todos los sentidos.
Regresamos hacia el restaurante et nos sentamos a tomar algo, apenas son las 12h15mn y vemos llegar la camioneta de Sabás, se estaciona delante del hotel. Hicieron menos tiempo que lo que contábamos. Es cierto que el taxista hizo 1h15mn para ir de Pinal de Amoles hasta Peña Blanca, pero ellos hicieron el regreso en 40mn. Por cierto, dijeron que en camino rebasaron al taxista que regresaba.
El tiempo de cargar todo en las cuatris y en el RZR y dejamos el hotel son las 12h45mn. Graciela se sube con Sabás en la camioneta. Baldo propone de ir hasta el lugar que se llama “El mirador”, dice que hay una vista preciosa. OK, vamos. Pasamos delante de la gasolinera donde dejaron las camionetas y los remolques, el acceso al centro de Pinal de Amoles es muy complicado los días normales, entonces, este inaccesible día de plaza. Subiremos las cuatris y el RZR regresando del mirador.
Al principio es carretera, y todo va muy bien, pero muy rápido la dejamos para entrar en un sendero de tierra y como hace mucho que no llueve por aquí, manejamos en una nube de polvo. Pero no importa porque el rodeo valió la pena.
Llegamos al estacionamiento del mirado son las 13h15mn y estamos llenos de polvo. Graciela y Fer se quedan en la camioneta el tiempo que subimos.
Dos jovencitos nos acompañan, uno se llama Juan Gabriel y el otro Álvaro, deben tener unos 10 años y toman su papel de guía muy en serio. Jipé les enseña a decir en francés “suivez-moi s’il vous plait” (sígueme por favor), pero no quieren repetirlo, son muy tímidos
Llegamos a la primera plata forma donde tenemos una vista sobre Bucarreli y un poquito más allá sobre Pinal de Amoles. La vertiente de la montaña que vemos a la derecha, es pura cenizas, hubo un incendio hace como un mes que duro una semana. Inútil de decirles el desastre que provoco esta catástrofe. Aunque eso nos parece lejos de aquí, seguro que la populación de “Cuatro Palos”, el pequeño pueblo que acabamos de dejar para subir al mirador, estuvo muy inquieto durante todos los días que duro el incendio.
Nos tomamos unas fotos por pareja, la vista esta preciosa, impresionante de grandeza, de belleza, el horizonte esta hecho únicamente de cerros, de picos, de montañas, estamos frente a un cerro que se llama “La media luna” por su forma.
Pensaba que ya, estábamos en el mirador, pero no, para legar allá hay que seguir subiendo, lo que hacemos Vero y yo y estamos a la cabeza. No nos afloramos ni cuando los señores se paran, se siente y que según ellos es porque están tomando fotos. Nosotras nos quedamos dignamente de pie, esperándolos.
El punto más alto esta a 2727m, lo pasamos y seguimos un poquito más adelante para llegar al fin, donde esta lo que llaman, el mirador. Acabamos de subir de 92m en comparación a donde se encuentra el estacionamiento y donde se quedaron Graciela y Fer con la camioneta, las cuatris y el RZR.
De repente realizo que estamos justo en el lugar donde empezó el incendio, no pensaba que íbamos a llegar aquí, la distancia que hicimos me parece enorme y por otro lado, ni parece que caminamos tanto. El mirado sirve también de lugar para acampar, hay baños, un poquito rudimentarios, hay como un kiosco que puede servir para cuando los que acampan quieren comer bajo techo. Que lastima que toda la vegetación fue devastada por las llamas.
Hacemos unas fotos, no me gusta para nada acercarme al bordo de la barranca, el vació me atrae y siento como calambres en las piernas apenas veo a alguien que mira hacia abajo. Sabás hace como si se cayera por atrás y Baldo lo graba, se muy bien que no es verdad, que lo hacen a propósito, pero no puedo impedirme de gritar. Prefiero retomar el camino de regreso hasta el estacionamiento, de todo modo es hora de irnos para ir hasta la gasolinera a cargar todo en los remolques.
Un poquito antes de llegar al estacionamiento, nos paramos en una tiendita a tomar un refresco muy merecido. Platicamos un rato con la gente del lugar, al total caminamos como 1h15mn. Mañana seguro que a algunos nos va a doler las piernas.
Alcanzamos a Graciela que esta platicando con una señora que le dice que es la responsable del mirador y que le tenemos que pagar para subir. Los niños que nos acompañaron muy amablemente, sin pedir nada en cambio, son según ella, unos aprovechadores. Para no discutir más, le pagamos el pasaje pero no sin decirle que si ella es la responsable, como dice, tiene que entregarnos un boleto para justificar el pago que acabo de pedirnos. Pero no los tienen con ella…..
Dejamos el mirador son las 14h55mn. Veinte minutos más tarde, estamos a la gasolinera y empezamos a cargar y amarrar todo el material para esta vez, agarrar el camino de regreso a casa. Dejamos este estacionamiento improvisado, son las 15h35mn.
Pensamos pararnos a comer un poquito después de Tequisquiapan, en un restaurante donde la especialidad es el cabrito a la leña. Primero nos paramos en los puestos que están frente al mercado de artesanía de Tequisquiapan porque Jipé y yo queremos comprar dos macetas para cambiar las que el remolino de anteayer nos rompió. El restaurante esta un poquito adelante, lo que hace que a las 17h45mn ya entremos a comer.
La comida esta excelente y las pláticas van muy bien, otra vez estamos muy a gusto. Salimos del restaurante para volver a las camionetas para el último tronco de camino que nos queda que hacer para llegar hasta nuestro pueblo. Toña nos espera delante de su casa, sus hijos tienen clase mañana y todavía tenemos que bajar unas cosas. Nos despedimos de ellos son las 21h.
Ahora hay que ver ¿Cuando vamos hacer la ruta #28? ¿Quién nos va acompañar la próxima vez? El club Dacot va a seguir su labor de procurarnos momentos como este y hacernos descubrir lugares encantadores. Lo sabrán si se da la ruta 28 y si nos acompañan.
Hasta pronto. Eso espero.